¿Qué es la guarda y custodia?
La guarda y custodia se refiere al hecho de con quién convivirá el hijo de forma habitual tras la separación o el divorcio. Esta guarda y custodia puede llevarse a cabo por ambos progenitores, o por uno solo de ellos, estableciéndose un derecho de visitas para el otro progenitor.
Diferencias con la patria potestad
La patria potestad es un concepto más amplio que abarca otros aspectos como la representación y el cuidado de los hijos (alimento, educación, salud, vestido, etc.) En otras palabras, mientras que la guarda y custodia se centra en el cuidado diario del niño, la patria potestad abarca todos los derechos y deberes legales que tienen los padres sobre sus hijos.
La patria potestad normalmente es ejercida por ambos progenitores, sin embargo, estos pueden ser privados de ella cuando incumplen los deberes que esta conlleva o cuando su conducta ponga en peligro a los menores.
¿Qué es la custodia compartida y cuáles son sus tipos?
La custodia compartida es un acuerdo en el que ambos padres comparten la responsabilidad de cuidar a sus hijos después de una separación o divorcio. Su objetivo principal debe ser proteger el interés superior del menor.
Las modalidades más comunes de guarda y custodia son la custodia compartida y la custodia monoparental:
- En la custodia compartida, se reparte de una forma igualitaria (o lo más equitativa posible) el ejercicio de la guarda y custodia entre ambos progenitores. Esta modalidad tiene diversas formas de ejercitarse:
- Custodia compartida en un mismo domicilio: también denominada “custodia nido” ya que los menores viven siempre en un mismo domicilio, siendo los padres los que cambien de vivienda.
- Custodia compartida en distintos domicilios: es el menor el que se mueve entre los domicilios de los progenitores.
- Custodia compartida coexistente: se da cuando ambos progenitores conviven bajo el mismo techo.
- Custodia monoparental es aquella en la que se concede la guarda y custodia a uno solo de los progenitores, mientras que el otro progenitor tendrá derecho a un régimen de visitas que será mayor o menor dependiendo de las circunstancias de cada caso.
Otro tipo sería la guarda y custodia atribuida a un tercero, sobre todo para los casos en los que los progenitores son privados o no pueden ejercerla, como en casos de incapacidad o muerte.
El convenio regulador
La custodia compartida es una modalidad de guarda y custodia en la que ambos progenitores comparten la responsabilidad y el tiempo de cuidado de sus hijos tras una separación o divorcio.
Todas estas medidas que fijan cómo será la vida de la pareja tras el divorcio y de sus hijos menores, deben recogerse en un documento llamado Convenio Regulador, que debe aceptarse por un Juez para tener validez legal.
Este es un documento que deben presentar los padres ante el juez al solicitar el divorcio o separación. En este convenio se establecen las condiciones de la custodia compartida, incluyendo:
- El tiempo que cada progenitor pasará con los hijos.
- La forma en que se tomarán las decisiones importantes sobre la educación, salud y bienestar de los niños.
- La distribución de gastos relacionados con los hijos (educación, salud, etc.).
Criterios de los Jueces para Conceder la Custodia Compartida
Los jueces valoran varios factores antes de conceder la custodia compartida:
Interés Superior del Menor: Este es el principio fundamental. Se busca lo que sea mejor para el niño.
Relación entre Progenitores: La capacidad de los padres para comunicarse y colaborar en beneficio del hijo, así como participar en las rutinas de los menores desde su nacimiento.
Estabilidad Familiar: Se considera si la custodia compartida proporcionará un entorno estable y seguro para el menor.
Disponibilidad y Capacidad: La disponibilidad de cada progenitor para cuidar al niño y su capacidad emocional y económica para hacerlo.
Edad y Necesidades del Niño: Las necesidades específicas del menor según su edad y desarrollo.
Ventajas de la Custodia Compartida
Mantenimiento del Vínculo Familiar: Permite a los niños mantener relaciones significativas con ambos padres.
Equidad en Responsabilidades: Ambos progenitores comparten responsabilidades y derechos sobre la crianza.
Menor Impacto Emocional: Puede reducir el estrés emocional en los niños al sentir que no están perdiendo a ninguno de los padres.